Prometí no volver a arriesgar a mi corazón, no quería más tristezas para él..
Sin embargo me animé a pesar de saber que tenía razón y como era de imaginarse.. otra vez mi corazón se destrozó..
Dicen que el que no arriesga no gana.. pero pienso que a ese dicho le faltó decir que el que no arriesga no se gana una TREMENDA desilución..
Creo entonces que el miedo es mi mejor aliado, mi más grande escudo y la mejor de mis defensaz..
No pienso ahora, por ningún motivo, alejarme de mi miedo..pues gracias a él estaba sana y salva.. tal vez suene tonto.. pero por lo menos a lado de él, el dolor no asecha mi corazón..
Entiendo ahora que el día que el miedo me abandone por su propia cuenta sabré que ese será el mejor momento para arriesgar a mi corazón y esa vez... saldré triunfosa
Sin embargo ahora,con el miedo incrustado en mi corazón, puedo afirmar que..
ARRIESGARSE NO SIEMPRE VALE LA PENA..
Que sería de la vida sin tristezas, sin desilusiones, sin amarguras, sin rencores.
ResponderEliminarSin portazos en la cara, sin heridas, sin dolores.
Sería tal vez una utopía hermosa, un paraíso en el que pudiéramos vivir sin preocuparnos por nada.
O quizá sería un sendero rutinario, carente de emociones y de expectativas, ya que su final siempre sería conocido.
El miedo es natural, es propio de cada uno, nos mantiene en ese sendero seguro, monótono, pero seguro.
Pero cuando el sendero termine, o cuando llegue a una parada, y volteemos la mirada para ver el camino andado. Habrá un camino aburrido cercado por piedras, otro en zigzageos con huellas de caídas y de llantos, de sonrisas y de júbilos, donde las emociones son las que acompañan al caminante.
ARRIESGARSE NO VALE LA PENA, si has evaluado y sabes que a nada llegas, si sabes que si apuestas es seguro que todo lo pierdas; pero si le ves una posible salida, una probable victoria, o simplemente un goce efímero que valdrá más que una vida monótona; pues sé tú quién deje al miedo, Y ARRIESGATE, QUE SI VALE LA PENA!